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viernes, 10 de diciembre de 2010

Gramsci, Antonio- La política y el estado moderno


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Código: FE 3/68
             FE 3/119

Gramsci, Antonio- Introducción a la filosofía de la praxis


Presentación

Los textos que recogemos en esta obra corresponden a diversos cuadernos de la cárcel, agrupados en el volumen Il materialismo storico e la filosofia di Benedetto Croce, dela serie de obras completas de Gramsci editadas por Einaudi. Se trata, concretamente,de la mayoría de los textos de las partes I y II de dicho volumen. En principio, la selección se había hecho en función de una antología más considerable de obras filosóficas y políticas pero, por diversas circunstancias, la presente edición se reduce a los epígrafes «Introducción al estudio de la filosofía y del materialismo histórico» (conexcepción de los apartados «Los instrumentos lógicos del pensamiento y «Traducibilidad de los lenguajes científicos y filosóficos», que no se incluyen) y «Algunos problemas para el estudio de la filosofía de la praxis».
La presente antología recoge, pues, los principales textos filosóficos, en sentidoestricto, de Gramsci y, concretamente, aquellos en donde se expone con más claridad lo que se ha dado en llamar su historicismo. Son textos de máxima actualidad, pues la critica al thusseriana del historicismo marxista se ha hecho, precisamente, a través de laobra de Gramsci. 

Cabe decir, por lo demás, que el historicismo gramsciano se sitúa de lleno en la gran lucha actual por la superación de la crisis de la filosofía de la praxis. No se debe olvidar que este historicismo es parte de la reacción del movimiento marxista contra el mecanicismo de la II Internacional, después de la formidable conmoción de 1917. El historicismo tuvo, entonces, un carácter eminentemente izquierdista. Al producirse, más tarde, la denuncia del stalinismo, el historicismo adquirió nuevo vigor y el problema estriba en saber si este auge es ahora «derechista», como afirma Althusser o si, por el contrario, es la vía que conduce a la superación de la crisis, como pretendentantos otros autores.
La obra de Gramsci es, pues, plenamente actual, como se comprobó en el Congreso de Estudios Gramscianos celebrado en Cagliari (Cerdeña) del 23 al 27 de abril de 1967. Allí se enfrentaron todas las tendencias, desde la radicalmente critica y negativa queidentificaba a Gramsci con los peores excesos del historicismo poststaliniano, hasta la nacional patriótica, que quería ver en Gramsci un héroe nacional, situado por encima de las tensiones internas de la sociedad italiana. Entre estas dos posiciones extremas, se hicieron esfuerzos muy serios para situar a Gramsci en una linea verdaderamente renovadora, contra la esclerosis dogmática y la delicuescencia idealista, al mismo tiempo. Ésta es, a nuestro entender, la orientación más fecunda para extraer delpensamiento gramsciano su auténtica aportación.


Código: FE 1/91

Gramsci, Antonio- Debate sobre los consejos de fábrica



Sus padres fueron Francesco Gramsci (1860-1937) y Giuseppina Marcias (1861-1932). Francesco era originario de Gaeta y estudiabaderecho, pero a causa de la pobreza de su familia debió encontrar rápido un trabajo y partió para Cerdeña. Corría el año 1881 y se emplearía en la oficina de registro de Ghilarza (provincia de Oristano).. Allí conoce a Peppina, que sólo había estudiado hasta tercero de primaria y se casan, a pesar de la oposición de los padres de ella. Durante este período nacieron sus hijos: Gennaro (1884), Grazietta (1887), Emma (1889) y el 22 de enero de 1891, en Alès, Antonio, bautizado el 29 de enero.
El año siguiente los Gramsci se mudaron a Sorgono (provincia de Nuoro), donde nacen sus hijos: Mario en 1893, Teresina en 1895 y Carlos en 1897. Arrestado el 9 de agosto de 1898 con la acusación de peculadoconcusión y falsedad en actos, Francesco Gramsci es condenado el 27 de octubre de 1900 al mínimo de la pena con la atenuante del “leve valor”: 5 años, 8 meses y 22 días de cárcel, para expiar en Gaeta. Privada del sueldo del padre, para la familia Gramsci son años de extrema miseria. Antonio, por una caída a los tres años, sufre un traumatismo que le provoca una deformación en su columna y no crece más: su altura no superará el metro y medio. Aunque según la autopsia y los datos que dan en la "Casa-museo de Antonio Gramsci" en Ghilarza, estaba enfermo de tuberculosis osteoarticular, lo que le impidió el crecimiento. Y ya poco antes de la muerte le afectó en los pulmones.
Antonio comienza a asistir a la escuela primaria a los siete años y la concluye en 1903 con el máximo de calificaciones. Sin embargo, las condiciones de la familia no le permiten inscribirse a la secundaria y da su pequeña contribución a la economía doméstica trabajando en la Oficina del Catastro por 9 liras al mes, el equivalente a un kilo de pan al día. Trabajaba diez horas al día removiendo «registros que pesaban más que yo y muchas noches lloraba a escondidas porque me dolía mucho el cuerpo».
El 31 de enero de 1904 Francesco cumple su condena. Es rehabilitado y obtendrá un empleo de escribano en la Oficina del Catastro. Antonio puede inscribirse en la escuela secundaria municipal de Santu Lussurgiu, a 18 kilómetros de Ghilarza, «una pequeña escuela en la cual tres presuntos profesores regañaban, con caras exageradamente sombrías, durante las cinco clases». Con esta preparación aventurada logra graduarse en Oristano y en el verano de 1908 se inscribe en el liceo de Torri de Cagliari, donde comparte una pensión junto a su hermano Gennaro, que trabaja en una fábrica de hielo.
Al fin del segundo año del instituto, pide a su profesor, director de la Unión Sarda, poder colaborar durante el verano en el periódico con breves correspondencias y el profesor lo acepta: el 20 de julio de 1910 recibe la credencial de periodista. El año siguiente se gradúa del liceo con ochos y un nueve en italiano.

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Código: FE 3/217

Gramsci, Antonio- La cuestión meridional


Cuando regresa a Roma, pasa algunos meses con la familia. Su esposa, que espera al segundo hijo Giuliano, deja Italia el 7 de agosto de 1926, mientras la cuñada Eugenia regresa a Moscú el mes siguiente con el hijo Delio; Gramsci escribe del hijo que «me parece que ahora inicia para él una fase muy importante, aquella donde deja los recuerdos más tenaces, porque durante su desarrollo se conquista el mundo grande y terrible». Pero no será jamás parte de los recuerdos del hijo, éste no lo verá más.
En septiembre comienza a escribir un ensayo sobre la cuestión meridional, en la cual analiza los años del desarrollo político italiano desde 1894, año de los movimientos campesinos sicilianos, seguido de la insurrección de Milán de 1896, reprimida a cañonazos por el gobierno. Según Gramsci, la burguesía italiana, personificada políticamente por Giovanni Giolitti, de frente a la intolerancia de las clases marginadas de los campesinos meridionales y de los obreros del norte, más bien que alearse con las fuerzas agrarias, cosa que habría debido comportar una política de libre cambio y de bajos precios industriales, escoge el bloque industrial – obrero, con un consiguiente proteccionismo aduanal unido a concesión de libertades sindicales.
De frente a la persistencia de la oposición obrera, se manifiesta también contra los dirigentes socialistas reformistas, Giolitti buscó un acuerdo con los campesinos católicos del centro-norte. El problema es entonces, para Gramsci, una política de oposición que rompa la alianza burguesa-campesina, haciendo convergir a estos últimos en una alianza con la clase obrera.
La sociedad meridional, según Gramsci, está constituida por tres clases fundamentales: jornaleros y campesinos pobres, políticamente inconscientes; pequeños y medios campesinos que no trabajan la tierra pero que de las cuales obtienen una renta que les permite vivir en la ciudad, normalmente como empleados estatales, los cuales desprecian y temen al trabajador de la tierra y hacen de intermediarios al consenso entre campesinos pobres y la tercera clase, aquella de los grandes terratenientes, que a su vez contribuyen a la formación de la intelectualidad nacional, con personalidad del valor de Benedetto Croce y de Giustino Fortunato y son, aquellos, los principales y más refinados defensores de la conservación de este bloque agrario.
Para poder despedazar este bloque se necesitaría de la formación de una clase de intelectuales medios que interrumpan el flujo del consenso entre las dos clases extremas favoreciendo así la alianza entre campesinos pobres el y proletariado urbano.

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Código: FE 3/509